domingo, 17 de septiembre de 2017


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«Abubilla deliró aquí»

QUIZÁS HOY HE MUERTO
Y HAY UN PAÍS EN MI CORAZÓN
sus perdiódicos están vacíos
en sus calles hay un ejército de muertes en camino 
y SU BANDERA ES TU ROSTRO
QUÉ MIEDO

(qué divertido es analizar sintácticamente el guión de una película porno
mientras te amo)

¿ES ESTE EL CREPÚSCULO CORRECTO
o me he equivocado otra vez y tengo que dar marcha atrás?
seguidme, enfermos
lisiados fabricados en el futuro
vamos todos a escribir una carta de amor a Dios
¡mi corazón se atraganta con tanta oscuridad
hoy voy a declararme!

no me atrevo
no
¿es este mi final, justo ahora que descubro que no estoy vacío?
¿¿¿¿¿MI FINAL INFIEL fabricado en taiwan?????
¿pompas de jabón en lugar de ojos?
¿voy a ser pasto de la memoria?

nonononononono
yo ya me he entregado
pero tú no lo sabrás
no debes recibir este cuerpo blanco
que cruzará la eternidad
sin echar una sola moneda a los mendigos
no debes saber nada de la gloria
que despertaste
..
.
.
.
JAJAJ

MAL
MUY MAL
el aire va mal
aunque esté prácticamente muerto
es mi deber anunciarles
la nueva religión
basada en la misericordia y las peceras
el universo carraspea, quiere llamar la atención
pero no vamos a hacerle caso
está desperdigado, está perdido
nosotros seguimos a lo nuestro
MAÑANA SERÁN DIOSES LO QUE HOY SON TURISTAS
MAÑANA SERÁN CÁRCELES LO QUE HOY SON OPORTUNIDADES
MAÑANA SERÁN ORACIONES LO QUE HOY ES CAOS


mis pensamientos llevan hasta ti aunque yo no lo quiera...
 crujen como muebles; ¿en qué armario guardo la tormenta, mamá?
¿EN QUÉ CAJÓN PONGO LOS OCÉANOS?
¿qué demonios...?

...........................
todas las ideas están protagonizadas por un hermoso caballero que defiende el mundo del mal absoluto
encarnado por un monstruo perverso y despiadado
obviamente el caballero acabará con el monstruo
o el monstruo con el caballero
pero habrá perfección igualmente
...........................
pero la idea de amor es un virus, ¿QUÉ HACE EL CABALLERO BESANDO AL MONSTRUO?
..................................................
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HISTORIA DE UNA MUERTE

UN poco antes de la muerte......

YO- ¡ES UNA SEÑAL!
SUJETO 0- ¡Pero si te estás muriendo!
YO- Sí, pero.... ¿QUÉ SIGNIFICA?

SUJETO 0- ARGGGGGGGGGGG

después de morir:

primero una pequeña visión de alguien comiendo tijeras y en seguida....
SUJETO nº1-¿Lo ha conseguido? ¡No me lo creo!
SUJETO nº2 - ¡Has logrado morirte! ¡HACÍA UNA ETERNIDAD QUE NADIE HACÍA ESO!
YO- ??????????
SUJETO 1- Ya sabes lo que dicen, JAWKDNLNwdnIUDNLBALDBL
SUJETO 2- VENGA NO TE HAGAS EL REMOLONNN
YO- where do am I:::{P:{":"P{:".


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«La madre y el hermano»

Una madre le preguntó a su hijo, donde esta tu hermano? Y su hijo le respondió: todavía duerme mamá. La madre se arreglo y salió para el trabajo diciendo: - hijo cuida bien de tu hermano, y el niño respondió: - esta bien mamá. La madre le dijo: hijo, mira lo que hay para comer y almuerzan junto con tu hermano. Y el hijo dijo: - bien, mamá te amo, y su madre se fue a trabajar. Cuando la madre volvió en la tarde, le preguntó: donde esta tu hermano? Y el niño dijo, esta durmiendo mamá!! Entonces ella se dirigió hasta el cuarto y se dio cuenta que le faltaban 50 pesos, notando que su hijo estaba muy callado.


SIN PREGUNTAR NADA AL HIJO, ELLA TOMÓ EL CINTURON Y EMPEZÓ A GOLPEARLO, SIN LASTIMAA ALGUNA, SIN PIEDAD. FUE TANTA LA GOLPIZA QUE HASTA INCLUSO LE ROMPIO LOS DIENTES, Y EL NIÑO TUVO QUE SER INTERNADO CON TRAUMATISMO CRANEOENCEFALICOS.

Al llegar en su casa, arrepentida por lo que había hecho con su hijo, fue hasta la cuna, donde dormía el otro hijo, y ve que al lado de la cuna, había una CARTITA que decía:

MAMA, TOME LOS 50 PESOS QUE ESTABAN EN TU CUARTO Y COMPRE LECHE PARA MI HERMANITO PORQUE NO HABIA. TE ESTOY ESPERANDO ABAJO, PARA QUE COMAMOS JUNTOS, TE AMO AMA!!!"

Al leer aquella nota, la madre vuelve al hospital, le pide al medico para ver a su hijo, a lo que el medico la autoriza y ella ingresa a la sala donde estaba su hijo, y llorando comienza un breve dialogo:

- HIJO, PERDONAS A TU MADRE? - EL HIJO casi sin fuerzas para hablar le responde: MAMA, CUIDA BIEN DE MI HERMANITO, NUNCA LE HAGAS LO QUE A MI ME HICISTE. NO TE PREOCUPES, YO TE AMO…. MAMA TU PERDISTE UN HIJO, PERO DIOS SE GANO UN ANGELITO…………(y luego el niño murió)

A CADA 10 HORAS UN NIÑO ES MUERTO POR ALGUIEN DE SU PROPIA FAMILIA!!!

ESTOY EN CONTRA DEL MALTRATO INFANTIL, REFLEXIONAA.!! AL NIÑO, NIÑA O A UNA MUJER... NI CON EL PETALO DE UNA FLOR.. 



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«Caso real»

Mi bebe de 2 años desprendia un olor orrible d se naris y boka a todas oras incluso le compre cepillo d dientes y olia mas feo pk olia a pasta pero el olor no se iba en la nariz no tenia nada bisible solo mucho mokito duro 4 meces asy asta k estornudo muy fuerte y sako un pedazo d papel lleno muy grande con moko con un olor casy putrefacto y el problema se acabo”


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«El prisionero I»

Sin el lejano perfume del mañana no querrían comer el negro pan del hoy.
GIOVANNI PAPINI

11/05/2015

En la horrible soledad de la celda mis recuerdos parecen esperanzas. Reboto de una pared a otra, me como las uñas, entiendo que estoy solo, me suplico la cordura y justo después me entierra el canto de las sirenas.

Sueño que en medio de todo el mundo en guerra hay una ciudad de paz, y todos sus habitantes viven locos y obesos. Calles y calles vaporosas llenas de inmensos milagros que vagan grismente como infartos, y una pena infinita se apodera de mí: quisiera zarandear a cada persona que cree ir a alguna parte, gritarle "¿qué le hiciste a hoy? ¡asesino!". Y subir a los trenes y gritar "¡adiós, asesinos...!". Pero sueño que nadie cree en mí porque no vendo nada. Si me sentara por toda la eternidad a la orilla de la calle, sin comprar nada, nadie podría encontrarme. Sería un desgraciado, igual que dios, para quien nosotros no somos más que estrellas. ¿Es imbécil conversar con las estrellas? No lo creo. Lo imbécil es exigirles una respuesta. Yo sólo invitaría a las estrellas a mi boda con la nada. Sólo invitaría a las estrellas a mi muerte.

Pero nada de eso, estoy aquí anegado entre las paredes de esta celda y me han escondido el cielo. Sólo ahora entiendo por qué afuera le llaman el "aire libre". Dentro de este cubo de duermevelas el aire es lo que más se parece a mí: un ser invisible atravesado por todo y quieto de puro dolor, y dolorido de pura quietud.

¡Ah! También he escrito este poema, con el que cierro esta mi primera entrada del diario:

Cuando subimos a la nada
Por el camino blanco
El corazón se nos dilata
De hermosura y de espanto
A cada paso que damos
En mitad de este silencio
Cada vez que respiramos
Entre el manto del invierno
Hay algo extraño que nace
Y de pronto nuestros pasos
Atraen tinieblas de nieve
Todo el tiempo se hace tarde
Seres turbios y afilados
Nos buscan locos de miedo
La montaña está despierta 
El bosque seco nos sigue
Nosotros huimos despacio
Nuestras huellas indecibles
Como tierras a la vista
Murmuran siempre lo mismo:
Tu viaje no tiene nombre
Tu viaje no tiene fin.

La nieve cubre mis pies
Que se hunden hacia la cima
Siempre antiguos bajo el sol 
Fantasmal que yace arriba
Nuestra propia voz sin fondo
Brilla en todas las esquinas
Donde oscuros animales
Lanzan miradas furtivas
Y los arroyos helados 
Como regueros de sueños
Son la sangre del lugar
Corriendo tan despacio
Que creo ver cómo me mata
Ya llegamos a la cumbre
Un sitio vacío y perdido
Es el corazón del mundo 
El fragor de nubes rojas
Va arrinconando los cielos
A la sombra de la mañana
La montaña se deshace
Sólo queda regresar.



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«Damisela sexy y un ataque de sinceridad»

QUE CONSTE QUE ESTO NO LO HA ESCRITO ABUBILLA, SINO ALGUIEN

1.
Eres un imbécil. 
Y básicamente, todo lo que haces es decir mierdas.
No me importa.
Sí, ya veo que no te importa.
Claro, no me importa.
Creía que eras más maduro.
No sé, tampoco me importa mucho.

2.
Mi examen es mañana.
Lo más triste de todo es que puedo usar apuntes.
No me había dado cuenta.
Lo siento, pero no me importa.
Lo suponía.
Hice un esfuerzo por arreglar esto, pero veo que no merece la pena con alguien como tú.
Veo que no lo entiendes. En realidad, ¿sabes lo que es la apatía? Supongo que sí. Me ocurre lo mismo con todo, y sobre todo contigo, me causas indiferencia. No me produces nada. Ni siquiera un poquito de ternura, todo queda eclipsado por algunas imágenes de carne roja caliente y sudorosa. No me importas nada, si dices que soy un imbécil o lo que sea, te doy la razón, no me cuesta nada soy bastante solidario. Si me dices que sientes algo por mí, te digo que siento lo mismo por ti, sólo por educación. Si me insultas, te dejo tu espacio, pero no es porque quiera solucionarlo o porque te respete, es que, simplemente, me da igual. Eres algo superficial. Pero no es tu culpa, no es por tu baja autoestima, ni tampoco por tu falta de amor propio, ni siquiera es por las quejas de tus defectos ni nada por el estilo. Es que me la sudas. De verdad, me resultas indiferente. La misma indiferencia que sienten los cerdos cuándo tienen una mosca posada en el lomo, ni siquiera te presto atención.

3.
...


*
«Templos y menstruaciones»

a mi amiga la hidra Larva
quien llora armada de penumbras
expulsada de su destino
y está esperando su nacimiento
amanecer viudo maquinando junglas
quirófano de ángeles asomados al váter
un ángel de alma ahogada…

a mi amigo el fénix Vorj
quien cruzó el río sin noche en una barca ilusa
abrazando un más allá desdentado cruzó
las agonías hipnóticas del río sin noche
con la respiración llena de moscardones abismales
supermercado de ángeles vomitantes
un ángel de alma robada…

*
«El abismo HD»

un cansancio embrujado 
me ha traído de nuevo
al borde del abismo
vuelvo a ver al silencio
la muerte hormigueando
en galaxias sin destino
no dejo de mirar
a las hadas despeñarse
por los ecos de mi memoria
y al precipicio de mi memoria
susurrando hadas hundidas
veo las manos de quien pide vivir
y las lágrimas de quien pide sonreír
y los dioses de quien pide llorar
los días son hormigas
recorriendo un sueño
y yo soy el hormiguero
donde guardan el miedo.



*
«ajhh»

¿qué hacía esa sonrisa en mi cara? ¿y por qué agitaba ahora la mano en el aire, acaso había algo que mereciese la pena por ahí cerca? ah no, sólo le decía adiós a la chica con la que había compartido mi cuerpo hacía un momento, los dos revolcándonos en la hierba y besándonos sin amor, con la mente callosa y tan desesperanzadora como una papelera llena de barras de pan... ella se alejaba contoneándose y eso me aliviaba, me dejaba tranquilo al mismo tiempo que iba reflejando toda mi alma apagada y aplastada por el mapa de mi vida... recordé que había sonreído mucho y muy tontamente cuando no estaba apretándome los labios contra esa preciosa columna humana y sentí repugnancia hacia mí mismo y sentí en mi propio vientre la desidia de las estrellas: había algo insoportable entre mis pensamientos, como si todo me diera igual de pronto, como si estuviera velando un cadáver. En algún momento de mi vida alguien había inyectado un tanatorio dentro de mí, y ahora si acerco el oído a cualquier parte de mi piel, puedo oír llantos desesperados, suspiros y solemnidades amargas. En cuanto estuve solo me golpeé la cabeza contra una pared hasta que brotaron gotas de sangre fría de mi frente y me hice una herida que parecía un ojo. Todo se puso turbio, quise llorar porque llevaba 21 años en este mundo y seguía siendo un cobarde al que le habían robado hasta la soledad. Al menos estoy vivo, en lugar de... pensé sin lograr terminar, y mirando al puente de plaza españa donde por las noches duerme monstruosamente, entre el frío, una familia de gitanos. Pasaron muchas cosas sin importancia durante horas y llegué a casa con un nudo en la garganta y pensando en un mar de silencio y en que si mi mente pusiera un huevo, dentro del huevo habría una estatua de un huevo, y mis padres estaban frente al televisor, donde un presentador recitaba el número de muertos en guerras y terremotos, y mi hermano veía youtube, donde había muertes virtuales..... "he terminado" logré pensar y me fui directo a la cama, ya podrido del todo, apagué la luz y desaparecí para siempre jamás y me sacrifiqué y creo que sonreí cuando noté que me llevaban al manicomio para el eterno despertar. 



*
«…»

recuerdo cuatro cosas de él y ahora está muerto
no se puede sobornar al tren

no recuerdo mucho pero he firmado mi sentencia de muerte
no se puede sobornar al rey



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«Poema logrado: Visiones»

El sigilo de la destrucción horrisueña. La deprimisión de mi semen viajando hacia el descorazón de un cuadro. La patria de espuma y espermaventuras embobadas y ojos fumigados infiernos y frenesirenas húmedas de sangre... 

Atadme y rescatadme, soy una máquina tragaguerras, un montón de vertigusanos chillarmonías que retozan en la sombra ardiente... El ocaso es una casa de muñecas santificada por bisturíes...

Estornudando mitos humoribundos como este y melancolías de miel o mielancolías de papel junto al ocaso que santifican las barbisturíes. Para escapar del escaparate imite a las peonzas. Si no se ve convertido en el respingo de un cementerio, algo ha hecho mal, algo le falta a su palidorado amanecer...

Iba por la calle tranquilo y sin objetivos cuando me golpeé la cara con un cristal. No podía ser, había una pared de cristal en medio de un lugar tan concurrido, ¿cómo era que nadie se había dado cuenta?. Miré a mi alrededor y comprobé que todo el mundo seguía caminando como si nada, pasando junto a mí, atravesándolo todo. Entonces traté de seguir mi camino como si el cristal fuera una cosa de mi imaginación, pero de nuevo me di de bruces con esa superficie transparente, esta vez tan fuerte que mi nariz empezó a sangrar. Estaba estupefacto y asustado. Nadie de por ahí parecía tener el mismo problema que yo. Me tapé la nariz con la mano mientras me daba cuenta de que ya había gente que se había parado a mirarme. Estaban riéndose y sacándome fotos. Yo palpaba el cristal buscando sus bordes, pero no los encontraba. Traté de rodearlo, pero a los pocos pasos me tropezaba con la misma barrera. Al final desesperé y, avergonzado por las burlas de la gente, di media vuelta para volver por donde había venido. Me volví a golpear: detrás de mí también había aparecido ese maldito obstáculo invisible. Entonces se me llenaron los ojos de lágrimas. Miré suplicante a los que se habían arremolinado en torno a mí, pero ellos parecían no comprender nada de mi situación. Tocándolo con las manos adiviné que mi prisión tenía forma de huevo. Sobre mí se cerraba también una cúpula de cristal. No había esperanza posible. Ni siquiera pedí ayuda, me senté en el suelo, cerré los ojos y vi la televisión. 

Era el telediario. Había como un desierto a oscuras, unas pocas ruinas desperdigadas y un incendio verde brillando a lo lejos. El reportero, un hombre mayor con demasiadas arrugas y los ojos llorosos, estaba presuntamente contando las últimas noticias de la guerra. Debajo de él había un letrero en el que se leía: "Jesús Gutiérrez, reportero de guerra en Madrid" En la parte superior derecha de la pantalla, escritas en rojo, parpadeaban las palabras: EN DIRECTO. El hombre tosía una y otra vez. "Hoy es otro día trágico -decía- para todos los seres de este mundo. Soy un rehén de los caballeros del arte, y la única noticia aquí es mi muerte." Por la entonación torpe de su voz, parecía que ese pobre señor estaba leyendo lo que decía. Continuó: "ellos me han traído aquí, a esta tierra consumida por la radiación, para que ustedes puedan ver con sus propios ojos el poder de las armas de que disponen. Mientras hablo, esa radiación está entrando por todos mis conductos y poros y pronto sufriré las..." De repente, Jesús pareció ser atravesado por una oleada de dolor, se agarró la cabeza con las manos, estuvo gimiendo y jadeando durante unos pocos segundos, y cuando levantó por fin la cabeza y miró a cámara, vi que tenía un ojo en la frente. Parecía confuso y aterrado, y no dijo ni palabra hasta que se escuchó el sonido de un arma cargándose. El tercer ojo parpadeó muchas veces. "las... consecuencias. Mi cuerpo es ahora un reflejo de la raza humana, un cuadro que representa el..." Jesús aulló, se retorció mientras algo se hinchaba horriblemente en su espalda. "...el espanto... el espanto donde se reúnen todas las esperanzas humanas. ¿Por qué tengo que sufrir injustamente?" De repente unas alas enormes que parecían hechas de Luna, blancas y brillantes,  se desplegaron a su espalda, y temblaron un poco. Algunas plumas saltaron por los aires y descendieron bailando hasta el suelo. Jesús ya no tenía expresión de dolor. La cámara se alejó un poco y se oyeron susurros atemorizados. Con un sólo golpe, el hombre alado levantó el vuelo y se alejó a toda velocidad. La cámara mostró cómo surcaba el cielo hacia el incendio verde. Se oyeron disparos. 

Ahora el tren me llevaba y yo había perdido las riendas de mi imaginación. Mirando por la ventana veía el inmenso desfile de los paisajes grises y mis ojos sobrevolaban dormidos toda la frialdad sin poder quedarse en ninguna parte. Adiós, adiós es la palabra perfecta para todo lo que hago cuando no sé lo que hago. Entonces mis ojos tropezaron con aquella aparición espantosa y di un brinco sobre mi asiento: había una cabeza humana tirada en el suelo, junto a las vías del tren. Primero la seguí con la mirada con la misma imperturbabilidad con la que había observado cada edificio, pájaro o carretera, pero al instante entendí que había algo extraño en todo eso. Cuando me quise dar cuenta, la cabeza se había perdido en la distancia. Me incliné hacia la ventana y aún pude verla desaparecer una vez más mientras el tren se alejaba. Todo mi estómago se revolvió, las sombras desbordaron mi mente y empecé a respirar agitadamente. ¿Estaba loco o era real? Tenía que hacer algo, avisar a alguien, pero el miedo me tenía paralizado y trastornado. Cuando el tren se paró yo me bajé mecánicamente y comencé a caminar junto a las vías en dirección contraria a la que había venido, regresando hacia la cabeza cortada. Durante el camino susurré canciones que me cantaba mi padre de niño y me acordé de cómo bailé con mi madre en una fiesta, con mis pies sobre los suyos y lleno de vergüenza feliz. Ya casi no me acordaba de por qué estaba ahí, por entre los raíles del tren y poniendo mi vida en peligro, cuando adiviné que llegaba al lugar. Lo supe cien metros antes de estar ahí: notaba una presencia extraña y verdaderas bandadas de escalofríos recorrían mi espalda y mis brazos. La cabeza estaba ahí. Era un rostro de mujer. Tenía los ojos abiertos pero la expresión era plácida, y todas las facciones de su cara estaban tranquilas. Ahora que mis ojos podían detenerse sobre ella, todo el miedo fue sustituido por una repugnancia absoluta. Vomité. Me acerqué a ella, me senté a su lado y le dije "Hola". Después, por fin, entré en razón y llamé al 112.



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